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Impactos potenciales en la disposición final de las pilas.

Los metales de mayor preocupación, presentes en las pilas de uso doméstico, son el cadmio, manganeso, mercurio, níquel y zinc.

Siempre, cualquiera sea el método de disposición ,hay una posible liberación de estos metales.

Como ya comenté anteriormente, la proporción de mercurio en la fabricación de las pilas se ha reducido drásticamente. También ,en el caso del manganeso ,hay que recordar que es un material no soluble en el agua, por lo que si se destina al relleno de terrenos no contamina el agua de las napas subterráneas. El inconveniente que traería el manganeso, ya que es tóxico cuando se lo inhala, es en el proceso mismo de la fabricación de las pilas, donde los operarios deben resguardarse del polvo suelto en el aire de la planta.

Con respecto a las pilas alcalinas, antes contenían el 1,5% de mercurio en peso, ahora sólo el 0.025%.

Hay actualmente pocas plantas de reciclado de pilas. La energía que se consume en el proceso de incineración para luego condensar el mercurio, es enorme. Los residuos que quedan en el horno son recobrados por reducción carbo-térmica. El manganeso y el hierro son recobrados como ferro-manganeso. Todo el proceso genera un gasto superior irrecuperable en cuestiones de recomposición de los materiales.

La técnica de la incineración permite destruir el material y convertirlo en ceniza inerte. Los constituyentes más volátiles, como el cadmio, el mercurio y el zinc, se incorporan a los gases en forma de partículas finas. La proporción de estos contaminantes descargados al medio ambiente depende de la efectividad de operación del equipo.

El manejo de esos residuos de combustión , donde algunos de los metales puede haberse convertido en compuestos móviles como cloruros, configura un riesgo adicional en esta tarea.

Respecto a los rellenos de terreno, hay que reconocer que en la descarga de estos productos, encontraremos una acumulación de metales que pueden generar descargas eléctricas y gases inflamables.

Si se efectúa una separación de las pilas hogareñas de las pilas botón ( óxido de mercurio ) y las recargables ( níquel-cadmio ), suponiendo que éstas últimas sean destinadas a lugares de relleno separados, tendríamos el problema solucionado.

Pero para que las mejores condiciones se den , los lugares previstos deberán asegurar su estanqueidad ( esto es, que no se filtren los elementos a través del suelo ), también se deberá asegurar un monitoreo continuo de las concentraciones.

Allí tendríamos estos materiales inmovilizados dentro de un medio de procesos químicos como la absorción y precipitación controlada gracias a láminas impermeabilizantes, lechos de cal y un sistema de recolección de filtraciones. Claro que con una mayor concentración de estos elementos tóxicos, tanto mayor es el riesgo de que ocurran fallas en el sistema, ya que es muy difícil en principio asegurar esa estanqueidad total prioritaria.

Debemos tomar en cuenta, entonces, el riesgo que se asume cuando se quiere acumular todo este material junto. Si el vertedero, en cambio, se encarga de asimilar la basura doméstica junto con estos elementos, las proporciones de las sustancias disminuyen y su degradación puede ser mejor asimilada.

Por todo lo expuesto ,la conclusión inmediata es que es preferible continuar con la disposición de pilas que contengan cada vez menos proporciones de elementos tóxicos, de esa manera se evita caer en el uso de técnicas que trasladan los costos en su disposición final.

 
   
 
   
 
   
   

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