Breve
apología del aluminio
La
investigación para el desarrollo de productos y procesos
es un factor muy importante en la generación de riqueza
de un país y más cuando hablamos de un material
al alcance de todos como lo es el aluminio.
El
aluminio y sus aleaciones tienen una combinación única
de propiedades mecánicas, eléctricas, químicas
y térmicas, donde destacan su alta resistencia específica
(baja densidad), su excelente resistencia a la corrosión,
su superior formabilidad y maquinabilidad , sus altas conductividades
térmica y eléctrica, y su capacidad de reciclaje.
Por ello, los productos de aluminio han sido ampliamente utilizados
desde el siglo XIX en diversas aplicaciones como artículos
para la cocina, perfiles para construcción, componentes
de maquinaria de autos o carrocerías, aviones, naves
espaciales y satélites, entre otros. Sin embargo, las
aplicaciones de este metal no han sido agotadas. El aluminio
tiene un gran futuro por las características que lo distinguen.
MATERIAL
DECIMONÓNICO
Actualmente, el uso del aluminio es tan extendido que resulta
difícil creer que en algún momento fue considerado
un metal precioso, incluso más caro que el oro. Sin embargo,
en 1860, cuando P. Heroult en Francia y Charles Hall en Estados
Unidos descubrieron —de manera simultánea e independiente—
un método para producir aluminio con facilidad, su precio
se desplomó y se convirtió en un material al alcance
de todos. El método consiste esencialmente en reducir
la alúmina (Al2O3) a través de un proceso electrolítico
para después recolectarla como aluminio líquido.
Es importante mencionar que debido a que la alúmina —la
cual se obtiene del mineral llamado bauxita— es un óxido
muy estable, se requiere de una gran cantidad de energía
eléctrica para producir el aluminio.
Importantes
emporios comerciales y productores se formaron y crecieron como
consecuencia de la explotación de este descubrimiento,
tal es el caso de ALCOA en Estados Unidos y Pechiney en Francia.
Estas empresas muestran que la inversión en investigación
es muy rentable. A pesar de que existen países con los
recursos para la fabricación de aluminio, los que desarrollan
el know how son los que lo explotan y se benefician de ello.
LA
NOMENCLATURA BÁSICA
En México es reconocida la clasificación de aluminio
por el American National Standard Institute (ANSI), que sigue
un código que combina una serie de dígitos y letras.
Se distinguen dos grandes grupos: las aleaciones para forja
y para fundición. Para cada uno de éstos se pueden
considerar dos subgrupos: las aleaciones que se pueden tratar
térmicamente para endurecerlas y las que no.
En
el caso de la serie 10XX, que representa los diferentes grados
de aluminio natural, el nivel de pureza se indica con los dos
últimos dígitos. Por ejemplo, a la designación
1010 le corresponde una pureza de 99.9% de aluminio. En las
series de 2XXX hasta 8XXX, el segundo dígito indica la
modificación que se ha hecho de la aleación original
(el cero señala que no hay cambio). El ANSI reconoce
un procedimiento para considerar una aleación nueva o
modificada, por lo que los dos últimos dígitos
distinguen el proceso muy particular por el cual se obtuvo.
Por
medio de una letra se designa el tratamiento termomecánico
que ha recibido la aleación. Existe un gran número
de combinaciones de composición-procesamiento (forja,
fundición, tratamiento térmico, por mencionar
algunas) que resultan en una amplia gama de microestructuras
y, por ende, de propiedades. En la estructura de una aleación
2014-T4 (Al-Cu-Mg forjada, solubilizada y templada) existe la
presencia de granos relativamente grandes de solución
sólida de a-Al, mientras que la aparición de Si
en la aleación 392-F resulta en una estructura completamente
diferente de partículas en una matriz de a-Al.
Debido
a las características de cada estructura, se esperaría
que el material de una aleación 2014-T4 fuera menos resistente
y duro que la de una 319-F, aunque más dúctil.
Por otro lado, una misma aleación (319) sometida a tratamientos
diferentes resulta en estructuras y propiedades distintas. Debido
a este potencial para modificar la estructura, en las aleaciones
de aluminio podemos encontrar, por ejemplo, esfuerzos de fluencia
que van desde 70 MPa para una aleación 1060-O hasta 570
MPa para un material 7075-T6 T651.
DEL
ALUMINIO Y SUS ALEACIONES
Una de las ventajas importantes del aluminio frente a otros
metales es su densidad; es un material ligero. Como referencia,
la densidad del hierro (7.87 g/cm3) es aproximadamente tres
veces superior a la del aluminio (2.70 g/cm3). Dos de las propiedades
importantes en el comportamiento mecánico son el esfuerzo
de cedencia y el esfuerzo último o resistencia mecánica
a la tensión. El primero corresponde al valor para el
cual el material deja de deformarse elásticamente y empieza
a hacerlo de manera plástica.
La
resistencia mecánica es una propiedad intrínseca
del material y su estructura. En algunas aleaciones es posible
endurecer el material mediante tratamientos térmicos
y, en consecuencia, mejorar su resistencia mecánica.
En el caso del aluminio, ésta es significativamente inferior
a la del hierro.
El
cociente entre la resistencia mecánica a la tensión
y la densidad se define como el esfuerzo específico.
Debido a la baja densidad del aluminio, su esfuerzo específico
es alto, y esta particularidad le permite competir con el acero.
Modificando el área de la sección transversal,
un material de aluminio puede ser equivalente a uno de acero.
EL
SECRETO DE LA DUREZA
Otra gran ventaja que poseen las aleaciones de aluminio es que
muchas de ellas se pueden endurecer a través de un tratamiento
térmico conocido como envejecimiento. Para ello, las
aleaciones deben poseer un diagrama de fase como el del sistema
Al-Cu que se muestra en la figura 1. La particularidad de este
diagrama es que la solubilidad del Cu en Al disminuye con la
temperatura. Esto quiere decir que a altos grados podemos tener
una solución sólida de Cu en Al, pero al bajar
el calor, el Cu se precipita formando fases duras que aumentan
la resistencia del material. En este sistema, el dominio de
solución sólida tiene un valor máximo de
5.65% Cu a 548°C y disminuye hasta casi cero alrededor de
los 200°C.
Cumplido
el requisito de la solubilidad limitada, el tratamiento de endurecido
por envejecimiento se puede ejemplificar al considerar la aleación
Al-2.5%Cu, marcada con una línea punteada en la figura
1. El primer paso, llamado de solubilización, es calentar
la aleación hasta la zona donde se forma una solución
sólida de Cu en Al, arriba de 400°C aproximadamente.
Una vez que todo el Cu entra en solución en el Al, la
aleación se enfría rápidamente hasta temperatura
ambiente en donde el Cu no es soluble y es posible retenerlo
en solución, y entonces se precipita con una velocidad
que depende directamente de la temperatura.
El
tercer paso del tratamiento, el envejecimiento, consiste en
calentar la aleación templada a una temperatura debajo
de la línea de límite de solubilidad para que
el Cu precipite y endurezca la aleación. Dependiendo
de la temperatura y el tiempo de envejecimiento, el Cu forma
diferentes tipos de precipitados en el Al que proporcionan distintas
propiedades mecánicas a la aleación. Este comportamiento
se ilustra en la figura 2, la cual corresponde a una serie de
curvas de envejecimiento en una aleación 2014 (Al-Cu-Mg).
Al aumentar el tiempo de envejecimiento, la resistencia mecánica
se incrementa hasta llegar a un máximo, y entonces disminuye,
mientras que la ductilidad tiene el comportamiento contrario.
A medida que aumenta la temperatura de envejecimiento, el tiempo
requerido para alcanzar determinado nivel de propiedades es
menor.
Además
de representar la evolución del proceso de envejecimiento,
estas gráficas también ilustran toda la gama de
posibilidades de propiedades que se pueden obtener para una
misma aleación a través de tratamiento térmico.
Por ejemplo, podemos ver que la resistencia de una aleación
2014 se puede elevar 36% aproximadamente si la envejecemos a
230°C por 1/2 h o hasta 50% si la envejecemos por ~5 h a
175°C.
METAL
ECOLÓGICO
El aluminio es uno de los pocos materiales que se puede reciclar
repetida y fácilmente con un ahorro substancial de energía
y de recursos naturales. Se dice que reciclar 1 kg de Al resulta
en el ahorro de 8 kg de bauxita, 4 kg de productos químicos
y 14 kWh de electricidad. El reciclaje del aluminio comenzó
20 años después de la comercialización
del proceso Hall.Heroult, y desde entonces ha estado creciendo
de forma continua. En la actualidad, el reciclaje no sólo
ha incrementado en eficiencia (en algunos países, la
tasa de reciclaje del aluminio puede llegar hasta 90% dependiendo
del tipo de producto), sino también en volumen, como
lo muestra la figura 3. Asimismo, el reuso del aluminio se ha
visto favorecido por los requerimientos cada vez más
exigentes en materia de ecología.
El
reciclaje del aluminio para el caso de componentes automotrices,
aunque aparentemente resulta complicado, consiste en volver
a fundir el material. Dados los beneficios y la facilidad del
proceso, en muchos países se han implementado programas
para fomentar el desarrollo de nuevos métodos de reciclaje,
así como el mejoramiento de los ya existentes. Esta es
una política que se debería emular en nuestro
país, ya que resultaría en beneficio de muchos
sectores de la sociedad.
BUSCAR
LA COMBINACIÓN
Debido a la cantidad de propiedades, el aluminio y sus aleaciones
han tenido un gran impacto en el desarrollo y la producción
comercial de materiales compuestos. Éstos son combinaciones
de elementos disímiles que se hacen con el propósito
de crear sinergia de características. El material así
creado tiene entonces mejores propiedades que cualquiera de
los materiales individuales que lo conforman.
Entre
los compuestos base Al destacan la combinación de aleaciones
de aluminio reforzadas con materiales cerámicos tales
como SiC y Al2O3 para obtener productos ligeros y tenaces con
elevada resistencia mecánica y al desgaste. Un ejemplo
de estos materiales se muestra en la imagen 5 de la figura 4,
que presenta la microestructura de un material compuesto Al/Al2O3:
la fase blanca corresponde al aluminio, mientras que la fase
más oscura a la alúmina. Las principales aplicaciones
de este tipo de materiales se encuentran en las industrias automotriz,
aeronáutica, agrícola y minera, y en la fabricación
de artículos deportivos.
Desafortunadamente,
la información sobre el desarrollo, uso y propiedades
de este tipo de materiales no se ha difundido con la oportunidad
y amplitud que merecen. Como resultado, su potencial no se conoce
y, mucho menos, se explota en beneficio de muchas aplicaciones.
El
aluminio y sus aleaciones poseen una combinación única
de propiedades, donde destacan su alta resistencia mecánica
específica (baja densidad o ligereza), sus excelentes
propiedades de manufactura, eléctricas y térmicas,
su gran resistencia a la corrosión y su alta capacidad
de reciclaje. Esta conjunción única de propiedades
asegura que las aleaciones de Al mantendrán su uso en
un rango de aplicaciones que van desde las estructurales hasta
las domésticas y que pueden substituir a otros materiales
—particularmente aleaciones ferrosas— de manera
competitiva.
Aunado
a las excelentes propiedades de las aleaciones de aluminio,
se tiene la posibilidad de aplicarles tratamientos térmicos
y producir materiales compuestos para ampliar aún más
el espectro de propiedades y, por lo tanto, de aplicaciones
de estos materiales. Lamentablemente, la falta de información
sobre las bondades de este material no ha permitido explotar
su potencial de una manera extensiva.
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